Todas las piezas son realizadas en los talleres de la Real Fábrica de Cristales de La Granja manteniendo escrupulosamente los mismos procesos y técnicas de manufacturación que en el siglo XVIII, es decir, artesanalmente, con caña de soplar y con la ayuda de moldes.
Gracias a la destreza de los maestros sopladores, la fabricación artesanal actual se mantiene fiel a la producción tradicional de la Real Fábrica de Cristales de La Granja.
La excelente calidad del cristal de La Granja y la destreza de los artesanos, convierten a este tipo de cristal en uno de los más apreciados y de mayor fama internacional.