En la misma nave de raspamento, accedemos a la Colección de Cristal de La Granja, compuesta por una de las colecciones sin duda más relevantes en el panorama actual, no sólo por el número y diversidad de piezas que la componen, sino también por la alta calidad y exclusividad de algunos de sus ejemplares.
Colección compuesta por más de 500 piezas de vidrio, fechadas entre los siglos XVIII y XIX. Reúne depósitos del Ministerio de Educación y Cultura adscrita al Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid, del Museo Nacional del Prado, de Patrimonio Nacional, además de fondos propios. Se organiza cronológicamente por estilos y técnicas de la siguiente manera:
1727 - 1787
La decoración grabada a rueda y dorada fue la técnica más utilizada durante este periodo siguiendo modelos bohemios. Los temas decorativos más recurrentes fueron principalmente florales.
Las arañas de este periodo cuentan con fustes balaustrados y retorcidos brazos y cayados, con grandes colgantes en forma de flores de lis, pandelocas, racimos de uvas y capullos florales.
1787 - 1810
Durante el reinado de Carlos IV se imponen otras técnicas decorativas más acordes a las nuevas tendencias imperantes: la decoración esmaltada, dorada a fuego y la tallada.
Los repertorios esmaltados más utilizados en La Granja durante este periodo fueron principalmente florales, además de paisajes con escenas y orlas florales con inscripciones. Perfilando molduras y rebordes al igual que en la porcelana, suelen aparecer filetes dorados.
El vidrio preferido para decorar con esmaltes era el vidrio blanco de leche, pretendiéndose así imitar mejor la preciada porcelana china.
1815 - 1833
La decoración esmaltada floral se vuelve esquemática, predominando motivos florales organizados en anchos frisos. Los más comunes cuentan con racimos de uvas intercalados por hojas de parra y retorcidos zarcillos. Repertorios de nuevo influenciados por manufacturas bohemias.
La decoración floral y tallado alcanzan una calidad sorprendente. Prueba de ello son los vasos grabados con el escudo real de Fernando VII que conserva Patrimonio Nacional y que pueden verse en la sala.
1833 - Segunda mitad S.XIX
La decoración se encasilla en modelos seriados, intentando revivir antiguos diseños de la época de Carlos IV, e incluso Fernando VII. La decoración más utilizada fue la esmaltada, de tipo floral, y organizada en anchos frisos, guirnaldas, ramos sueltos o rodeando amaneradas inscripciones doradas, como “Cariño eterno”, “Para mi adorada”, etc.
Son muy frecuentes los vasos o copas de recuerdo, portando en sus frentes motivos típicos del Palacio de La Granja e iniciales grabadas,