El Acabado en la Real Fábrica de Cristales de La Granja
Algunas de las piezas fabricadas, como en anteriores etapas de la historia de la Real Fábrica de Cristales de La Granja, tienen un acabado especial. Varias de las técnicas utilizadas para dar un acabado final al producto son las mismas que se aplicaban en el siglo XVIII, como la talla a rueda y la decoración con esmaltes y dorados.En la actualidad se aplican otras técnicas tales como el grabado a lápiz eléctrico y el arenado personalizado.
Una vez formada la pieza puede ser decorada. Las decoraciones más utilizadas son el grabado a la rueda, la talla, el esmalte y el dorado.
Grabado
Generalmente se parte de un boceto o dibujo que sirve como modelo. Acto seguido se marca la pieza con carbonato de cal, delimitando así los espacios para distribuir mejor la decoración.
Marcada la pieza, se pasa al torno de grabar. El grabador recoge la pieza de vidrio con ambas manos presionándola contra una rueda giratoria, generalmente de cobre o piedra y la ayuda de abrasivos, como esmeril en polvo mezclado siempre con agua para refrigerar la pieza.
El grabador tiene distintas ruedas de diferentes tamaños, formas y materiales que va cambiando para conseguir así el acabado deseado.
Dorado
Se puede realizar por dos procedimientos:
Con pan de oro: primero se aplica a la superficie del vidrio un mordiente o barniz, acto seguido se adhieren con la ayuda de espátulas y pinceles sobre esta superficie las hojas o panes de oro. Para conseguir una mayor adherencia, se introduce la pieza en el horno o mufla.
Con oro pulverizado: primero se mezcla el oro coloidal o pulverizado con un barniz especial. Con la ayuda de un pincel se aplica esta mezcla en la superficie del vidrio. Una vez terminada, se introduce la pieza finalmente en la mufla.
Talla
El proceso es el mismo que con el grabado, aunque se utilizan ruedas más grandes.
El resultado es una decoración más profunda que la decoración grabada a rueda.
Esmalte
Primero se mezcla el pigmento (óxido mineral) con la composición de vidrios blancos especiales y se funde en el horno.
Una vez fría, la mezcla se pulveriza y se muele, mezclándose finalmente con un barniz especial. Con la ayuda de un pincel esta mezcla se aplica sobre la superficie del vidrio, introduciéndose la pieza, una vez terminada, en el horno o mufla para conseguir así su vitrificación.